27.6.10

SPICA



En un recóndito lugar del cielo, había una estrella pequeña que brillaba muy poquito. Cada día al ponerse el sol, ella se entristecía al compararse con sus compañeras y amigas. Anhelaba que se hiciera de día para poder ir a dormir. Un día vino una ráfaga muy fuerte de viento, un viento frío que hizo que sus amigas se congelaran. Nuestra estrella que en un principio pensó que a ella le pasaría lo mismo observó asombrada que no sentía frío, sino que se ponía a cada momento más y más colorada. Llegó un momento en que estaba incandescente. Asombrada pensó que se estaba volviendo loca o que tal vez fuera un sueño. Se frotó la carita con las manos para darse cuenta que seguía despierta. Tal era el calor de su cuerpo que la luz que despedía se veía desde la tierra como una bola de fuego. No podía hablar con sus amigas porque estaban tan heladas que apenas se apreciaban. La luna se encontraba demasiado lejos, y el sol no se veía. En su soledad se sintió triste y se puso a llorar. Cada lágrima que caía de sus ojos se convertía en una nueva estrella, tan brillante que no se podía mirar directamente. No comprendía nuestra estrella ¿cómo podía estar ocurriendo esto? De pronto, tras largo rato llorando sin cesar, rodeada de multitud de nuevas estrellas brillantes y bonitas paró de soplar el viento frío, y sus amigas recobraron su luz. La estrella les contó lo que había pasado y entre todas descubrieron que la misión de la estrella poco luminosa no era otra que la de guardar su fuerza para que llegado el momento apropiado pudiera dar a luz a nuevas estrellas y todas juntas formar una constelación. Pensando en que nombre se pondrían decidieron que se llamaría VIRGO. Spica, que así se llamaba nuestra estrella brillaba ahora más que ninguna, convirtiéndose en la más hermosa y bella estrella del firmamento y todas ellas se esparcieron por él tomando forma de mujer, la más perfecta silueta de mujer que jamás se había visto. No es la verdadera historia mitológica de esta constelación pero..podría serlo.

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