21.6.10

PINTANDO EMOCIONES




Te podría escribir los versos más tristes esta noche,pero... si Pablo Neruda estuviera conmigo seguro que no me dejaría. Podría intentar escribir versos pero no, no soy poeta. Es frecuente no saber expresar lo que se siente, lo que inunda nuestro interior. Podemos utilizar para ello un vehículo que haga las veces de arco iris por el que se deslicen los pensamiento para que los sentimientos de traduzcan en palabras y poderlos compartir. Escribo esto mientras oigo la melodía de Yiruma. Es tal la delicadeza de las notas que brotan del piano que provocan un estado de bienestar, de momento placentero, que me llena el espíritu.
Desde luego son estos los momentos en que tras la entrevista de trabajo de Ángela, se sentó en la terraza de una cafetería del centro. Su cuaderno de bolsillo, su lápiz, y su MP3. Había superado la entrevista. Se sentía culpable por encontrarse feliz en aquellos momentos. Una estela de estrellas se abría ante ella.
Fue a su piso, cerrado tanto tiempo y abrió una a una todas las ventanas, tantas como en casa de su madre había cerrado. El sol, poco a poco iluminó la estancia, un pequeño apartamento en el que todo era Ángela, sus cuadros, sus muebles, los adornos, eran como una prolongación de ella. Los colores se mezclaban en armonía ordenada que inundaba de serenidad y confort la casa. Diseñadora gráfica, había sabido plasmar el mejor mensaje en su casa, quien entraba en ella entraba en otra dimensión, era capaz de sentir sosiego, tranquilidad, placer...
Una vez la luz en ella, levantó la tapa del piano, piano que había sido de su padre y que ella quiso conservar a toda costa. No lo sabía tocar, era su asignatura pendiente, pero le gustaba pasar la mano sobre las teclas evocando el vano recuerdo que de su padre le quedaba, este murió también siendo ella muy pequeña, aunque recordaba con claridad los ratos que todos juntos pasaban impregandos por la magia de la música.
Anteriormente había trabajado para una empresa en la que había dado mucho tiempo de su vida y que al intentar pedir la excedencia por la enfermedad de su madre la habían despedido. La despedida del trabajo arrastró la despedida de una relación que podría haber comenzado.
Sacó los pinceles y escuchando de nuevo la música comenzó a dibujar, sin dar formas concretas, a las situaciones y sensaciones que estaba experimentando. Comenzó con tonos apagados, pero poco a poco fueron volviéndose más y más luminosos, quedando en unos colores pastel a los que se fueron uniendo el diseño de unas siluetas primero indefinidas que querían emular ninfas, hadas y que hacían que sus manos corrieran más y más por el papel apareciendo un hermoso paisaje, plasmando con gran belleza la esencia y la percepción de esas emociones y sensaciones reprimidas, escondidas, aletargadas. Pudo, contemplando el dibujo, ver el amor de aquellos que se fueron y que le dijeron "hasta pronto" pues la esperan, felices, y le desean que sus días sean hermosos y la aguardan allá, para poder abrazarla con toda la paleta de emociones que el mundo es capaz de pintar...

No hay comentarios:

Publicar un comentario